Control biológico del topillo campesino
Con este proyecto GREFA trata de utilizar depredadores naturales (principalmente lechuzas y cernícalos) como mecanismo de control biológico de plagas del topillo campesino.
Este roedor ha colonizado extensas zonas agrícolas de Castilla y León. Algunas de sus explosiones demográficas intentaron controlarse mediante el uso masivo de toneladas de veneno (rodenticidas químicos anticoagulantes). El veneno no sólo no logró el objetivo buscado sino que terminó contaminando suelos y acuíferos, causó un incalculable daño ecológico y aún hoy en día sigue estando presente y contaminado muchas de las tierras donde se utilizó puesto que nunca llegó a retirarse.
Frente al uso indiscriminado de venenos GREFA aboga por un control biológico de estas plagas, tratando de favorecer e incrementar la presencia de aves rapaces depredadoras en las zonas afectadas. ¡¡Una sola pareja de lechuza común llega a consumir hasta 900 topillos en el periodo de cría, y una pareja de cernícalo vulgar hasta 700 topillos en el mismo periodo!!
Por ello desde el año 2009 llevamos haciendo educación ambiental en las zonas afectadas, así como instalando cajas nido en los límites de parcelas de cultivo con la autorización previa de los propietarios. Las cajas van montadas sobre diferentes soportes, principalmente postes de madera de 4 metros de altura, existiendo dos modelos de caja nido diferentes según vayan destinados a cernícalos o lechuzas.
Mostrando el único resultado